4. Propuestas
- La cualificación profesional de los Asistentes Personales debe ser básica, generalista, elegida libremente por el usuario según sus necesidades. La formación ofertada por las OVI debe ser cíclicamente reelaborada según la demanda y las expectativas de los usuarios, lo que implica necesidades formativas afianzadas sobre la cotidianidad y no sobre la teoría. Igualmente implicará conocimientos básicos sobre los postulados de Vida Independiente. En todo caso, no ha de ser una formación reglada, sino concisa y funcional, en la que intervenga el usuario en gran medida.
- Una relación laboral de carácter especial que encuadre a los AP dentro del régimen general, con unas adecuadas condiciones laborales (retribuciones, mejor cobertura social en bajas, vacaciones, desempleo…) y que proporcione la flexibilidad necesaria en el servicio, de modo que el usuario pueda elegir la modalidad de contratación directa, con prioridad a través de Oficinas de Vida Independiente autogestionadas.
- Defendemos una nueva norma específica denominada “Ley para la Vida Independiente”, o similar.
Mientras llega la “Ley para la Vida Independiente” reivindicamos un sistema estatal de AP para la VI, basado en las necesidades de apoyo a las PDF que quieran autogestionar su AP:
- Con una intensidad de horas suficientes conforme a las necesidades de la persona. No es aceptable un número máximo de horas de servicio al día, al igual que en los centros residenciales nadie se plantearía dejar sin atención durante una serie de horas a los usuarios;
- Con la contratación directa por parte del usuario, conforme a la naturaleza de la relación usuario-trabajador (por confianza e intimidad).
- Con una formación no exigible para la contratación pero sí como derecho de los trabajadores, y enfocada desde el modelo de Vida Independiente para que los AP entiendan el rol del Asistente Personal, historia, derechos y eficiente en la prevención de riesgos laborales.
