En un Estado de derecho que proclama la Igualdad y la Libertad se vulneran a diario los derechos humanos de las personas con diversidad funcional. Queremos significar esta condición vergonzosa, y queremos que el Estado haga efectiva la Ley y cumpla los inalienables derechos a la vida, la libertad, la justicia y la igualdad.
Institucionalización
Todavía hoy se interna a las personas con diversidad funcional en instituciones residenciales y se perpetúa ese modelo segredador destinando dinero público para nuevas construcciones en vez de promover la vida independiente, la asistencia personal, la asistencia tecnológica, y la vivienda dentro de la comunidad.
Educación
Todavía hoy los niños y niñas con diversidad son excluidos de la educación ordinaria y obligados por imperativo administrativo o judicial a incorporarse en centros de educación especial, donde son segregados y condenados a un sistema educativo discriminatorio. Los pocos que pueden acceder a la enseñanza universitaria sufren la falta de apoyos, la falta de accesibilidad y obstáculos de todo tipo.
Empleo
Todavía hoy las personas con diversidad funcional sufren discriminación en el acceso al empleo ordinario, mayor índice de paro que el resto de la población y son abocadas a los Centros Especiales de Empleo, sujetos a explotación y dependencia.
Accesibilidad
Todavía hoy muchas personas con diversidad funcional no pueden utilizar el transporte ordinario, no pueden acceder a edificios públicos y privados, no pueden recorrer las calles, no disponen de un intérprete en lengua de signos…