Los pasados días 29 de abril, en Valladolid, y 4 de mayo, en Jaén, PREDIF organizó bajo el título “Asistencia Personal: la gestión del servicio” unas jornadas sobre la asistencia personal para profesionales de la Administración, principalmente trabajadores sociales. El objetivo es que desde sus puestos de trabajo puedan ofrecer esta figura profesional a las personas en situación de dependencia, a través de la prestación que ofrece la ley. La Federación de Vida Independiente (FEVI) fue invitada a participar en ambas sesiones.

Juan José Maraña, miembro de la junta directiva de FEVI, intervino en Valladolid. En la jornada, dedicada a proveer de información a trabajadores sociales, técnicos y profesionales de los servicios sociales, destacó la ausencia de personas con diversidad funcional. Se percibía cómo PREDIF-Aspaym parece determinada a ser una organización proveedora /gestora de los servicios de AP allí donde tiene implantación y relación institucional proclive, lo que contrasta con el carácter centrado en el usuario que promueve el Movimiento de Vida Independiente , y la FEVI en este caso.

en-jac3a9n-dosPor su parte, César Giménez, también componente de la junta directiva de FEVI, participó en la jornada celebrada en Jaén, en la que sí fue notable la presencia de personas con diversidad funcional. “Resulta agradable dar a conocer sus derechos a personas también discriminadas por su funcionamiento, aunque los ponentes muestren algunas diferencias entre la manera de gestionar un derecho en un lugar o en otro”, ha señalado.

Los diferentes proyectos y programas que han surgido en nuestro país muestran unánimemente que, al ejercer el derecho a la asistencia personal, las personas con diversidad funcional viven mejor, aumenta su calidad de vida y la de las personas que los rodean. “Ha llegado el momento de abandonar la política (graciable) de diferentes proyectos, programas, subvenciones, etc. y dar lugar  a que la asistencia personal se convierta en la norma general en todo el estado basándose en las necesidades del “usuario” y no en su grado de dependencia”, concluye César.